Monday, January 22, 2007

Hacia dónde va la filos. Latinoa.?

¿Existe un pensamiento filosófico latinoamericano?
O
¿Hacia dónde va la filosofía latinoamericana?





Somos pueblos nacientes, libres de amarras y atavismos,
con inmensas posibilidades y amplios horizontes delante de nosotros.
El cruzamiento de razas nos dio un alma nueva.
Al interior de nuestras fronteras acampa la humanidad.
Nosotros y nuestros hijos somos síntesis de razas.[1]




Ésta como otras preguntas fueron la base del siglo pasado donde no se podía afirmar un sí o un no tan fácilmente ya que debía llevar consigo una investigación, justificación o simplemente un explicación del porqué de las cosas. Ésta como otras preguntas que se desprenden de la primera conmovieron a todo un grupo de pensadores de nuestro continente, incluso a unos cuantos que andaban fuera de él. Por ejemplo J.C. Mariátegui[2] que se le debe mucho de su pensamiento o más bien que todo el continente esta en deuda con el, señalaba que no existía un pensamiento característico latinoamericano, ya que todos los pensadores de acá, han estudiado allá. Por lo que concluía que no se mostraba un espíritu de la raza. Tal parece que está en formación el espíritu de latinoamerica en elaboración. Así pues veremos en este texto la respuesta de la pregunta inicial desde tres puntos de vista diferentes y varias cuestiones a propósito de la existencia o no existencia de un pensamiento filosófico en América latina.

Uno de los pensadores que se preocupó por esta cuestión es el peruano Augusto Salazar Bondy (1925-1974) tan sólo por eso escribe un libro titulado ¿Existe una filosofía de nuestra América?[3] Tomo de él lo siguiente. Para Salazar Bondy existen dos tipo de pensamiento filosófico uno es lo “fáctico” y el otro es lo “negativo”. En el primer punto menciona cinco vertientes. 1) Evolución con esquema de desarrollo histórico en el conjunto de países de éste continente. Es decir, nuestro continente va formando parte de la historia universal gracias a la evolución de sus países. 2) Influencia de Europa en el plano filosófico. Esto es normal ya que por ser un continente “conquistado” no tiene opción de escoger o tomar otras ideas sólo puede adquirir las que se le imponen. 3) Evolución con respecto a las ideas europeas y cambios al mismo tiempo que el europeo. 4) La filosofía esta ligada con determinadas áreas de la cultura. Esta experiencia que se da en América pudiera decirse que es uno de lo puntos más importantes y que se sigue presentando hoy en día. 5) La filosofía latinoamericana comienza desde cero a propósito de la conquista ya que no se contempla el pensamiento precolombino como pensamiento filosófico. Este punto creo que es el que más molesta ya que se tiene que negar una gran parte de nuestra historia con sus pensamientos filosóficos y empezar desde abajo con otra visión. Dichos puntos citados desde lo fáctico, como su nombre lo dice, es lo que ocurre, es lo de hecho, es lo que se da. En cuanto al segundo punto, lo negativo, afirma los siguientes tres puntos. 1) El sentido imitativo de la reflexión. 2) Una disposición abierta a aceptar tipos técnicos precedentes de Europa en general. 3) Ausencia de tendencia metodológica. Estos tres los sumaría yo con lo fáctico y así se vería que lo negativo es también lo que se da, claro que el autor no esta diciendo que esta negatividad no se de, sólo que lo separa. En cuanto a la imitación me parece que se da por lo que ya subrayé antes por lo que se impone y sin embargo como dice el dicho “echando a perder se aprende” de alguna manera se tiene que espesar. El sentido de la imitación también la tuvieron los griegos al imitar o copiar ideas, teorías y de más cosas de Oriente. Así mismo los Europeos en general han padecido por este “mal” al copiarle a Asía algunos inventos. En cuanto al punto dos, sí se acepta con brazos abiertos lo extranjero, más si viene de las grandes potencias, como lo era antes Europa y hoy lo es Estados Unidos, aunque ya está en declive. Y sobre la ausencia de una tendencia metodológica se puede decir que como era un continente en formación no tenía bien declarada su forma de trabajar creo que hoy ya la tiene más para mencionar cuál es el modo es necesario ver al siguiente autor. Pero antes de llegar al siguiente punto, hay que mencionar que Salazar Bondy a parte de ser un hombre de su tiempo porque vivió lo suyo dentro de nuestro continente, es necesario reconocerle que puso a pensar o a temblar a todo un conjunto de países que se daban por menospreciados y gracias a sus observaciones comenzaron a creer en la posibilidad de formar pensamiento filosófico bien fundamentado y a rechazar ideas con las cuales no estuvieran de acuerdo o simplemente no desarrollar teorías que no fueran para su nación, es decir, echar por la borda las teorías que no les servían al continente por varias razones. En cuanto a contestar con afirmación o negación la pregunta inicial, Salazar Bondy va un poco más allá, observando las características que se dan dentro del pensamiento, no obstante afirma la existencia de dicho pensamiento más no se queda en un SÍ y ya, sino que ahonda en una investigación y explica el por qué de la existencia de un pensamiento filosófico latinoamericano. Sin olvidar que gracias a su pensamiento, y al de algunos otros, se desarrolla más adelante la filosofía de la liberación.

El segundo autor que tomo para ejemplificar la pregunta central es Leopoldo Zea filósofo mexicano que ha escrito varios libros sobre la filosofía en América latina, entre otros temas. El libro del cuál me agarro para citarlo es el de “La filosofía latinoamericana como filosofía sin más”[4] En cuanto a la historia de las ideas afirma el autor que la filosofía de los primeros pensadores latinoamericanos aspiraban a la creación “cultural”, de ahí que se dieran las filosofías nacionales. Sin embargo, fue en base a la imitación de la que hablaba Salazar Bondy en sus vertientes sobre lo negativo. Menciona que lo que nos inspira a pensar y hacer filosofía son estos problemas “histórico-culturales”. Leopoldo Zea, luego de afirmar que efectivamente existe un pensamiento filosófico, hace una distinción y menciona que es diferente porque se expresa un “experiencia humana”que corresponde a otra situación que la del hombre europeo. Está diferencia es la que marca Salazar Bondy al referirse en el punto lo negativo, en la vertiente de la ausencia de una metodología característica de nuestro continente. Porque no se puede construir un método del mismo tipo que el europeo, puesto que son problemáticas diferentes. De esta misma manera Zea menciona esa diferencia, no se puede hacer el mismo trabajo filosófico aquí, que allá. Se toman de Europa algunas ideas filosóficas que ayuden a formar un método para aquí enfocarlas a planos distintos para solucionar problemas nuestros como culturales, sociales, políticos, históricos y económicos entre otros. Otro de los puntos importantes de Leopoldo Zea es cuando habla sobre la “originalidad” y de la “innautenticidad”. Afirma que los filósofos latinoamericanos están concientes de esa inautenticidad, pues no reconocerlo sería de mala fe. Al aceptarlo, se cambia el rumbo del sentido y se guía hacía un buen común. Este problema se menciona desde la visión de la imitación, desde allí se termina con una originalidad, más ¿qué es original en esta vida? La mayoría de las cosas son copias de copias, más aquí no se pretende ser copia de una copia, o peor aún, copia de una mala copia, por eso se busca entre las teorías más destacadas algo que se puede llevar acabo en nuestro territorio y agregarle nuestro pensamiento para así fundar una teoría de y para nosotros los latinoamericanos. Y aceptar que carece de autenticidad pues si no lo aceptamos ocurriera un autoengaño. En pocas palabras esto, entre otras cosas, es lo que escribe Leopoldo Zea en el libro citado arriba. Sí hay pues, un pensamiento filosófico de nuestro continente, sin embargo cuando sabe de donde proviene dicho pensamiento y al reconocerlo se convierte en filosofía, más es una filosofía distinta a la que se da en Europa.

El último de los autores de los que citaré en este texto es al argentino Enrique Dussel con su libro “Filosofía de la liberación”[5] Dicho autor ha desarrollado la filosofía de la liberación de antemano aceptando la existencia de un pensamiento filosófico latinoamericano. Este autor va más allá del origen de una filosofía de latinoamerica, es decir, no se queda en la historia de las ideas, sino que pretende abrir lo ojos o más bien cortar las cadenas de la dominación de un centro (Europa) hacia una periferia (Latinoamerica). Sabemos que el tiempo pasa y junto con él varias ideas y teoría que a lo largo del tiempo regresan. Este autor viendo la situación en la que nos encontrábamos decide junto con otros tantos hacer de nuestra filosofía una liberación. Él, por su parte, afirma que nuestro pensamiento es de carácter alienado y alienante. Menciona también, que el latinoamericano no está en el centro sino en la periferia[6] del esquema totalizante. Y por este motivo el latinoamericano es considera como un instrumento de la filosofía del centro dominador. Que como dije arriba, antes Europa hoy América del norte. Dussel comenta que siempre ha existido esta dominación del centro hacia nosotros a partir del descubrimiento de América. Con la filosofía de la liberación hoy todavía latente, se ve el problema y se busca la solución de salir de esa condición de esclavos modernos.

Como conclusión puedo atreverme a decir que los tres autores piden, aunque no tan explícitamente, que se destruya ese pensamiento de condición deprimida como pueblo y como ser humano. Llegar a tomar conciencia de nuestra propia filosofía como una filosofía de acción, de denuncia, y que denuncie también lo auténtico de nuestro pensamiento. Tomar y dejar pensamientos de la filosofía clásica o tradicional y liberarnos. Este tipo de pensamiento, que como digo, pedían dicho autores, y, en especial lo primeros, desemboca en la filosofía de la liberación que hoy en día irrumpe al tercer mundo como una alternativa para nuestra forma de vida y donde se repiense nuestra filosofía a partir de la periferia. “Hacer filosofía desde la periferia para la periferia”.

30 de mayo de 2005
[1] J.C. Mariátegui cita a Palacios en este apartado dentro de ¿”Existe un pensamiento hispanoamericano”? del compendio de ¿Qué es eso de Filosofía latinoamericana? Del compilador G. Marquinez Argote, El buho, Bogota, 1986. (Copias)
[2] Ibid
[3] “Sentido y problema del pensamiento filosófico hispanoamericano” dentro de ¿Qué es eso de filosofía latinoamericana? Del compilador G. Marquinez Argote. El buho, Bogota, 1986. (Copias)
[4] Leopoldo Zea. Edicol, México, 1976.
[5] Enrique Dussel, Filosofía de la liberación, Edicol, México, 1977.
[6] Dussel habla de la periferia y dentro de ésta se encuentra: el no ser, la nada, el oprimido, el otro, el pobre, en una palabra somos “las víctimas”.

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